Supongamos que hay una madre de dos hijos de 9 y 11 años. Están de vacaciones y sus vecinos invitan algunas familias a un asado. Estos vecinos tienen una actitud bastante liberal en relación con el consumo de bebidas con alcohol, también entre preadolescentes. Defienden que es mejor que los hijos beban en situaciones en las que los padres están presentes. El ambiente es divertido y amigable. Los anfitriones ofrecen bebidas a todos. Su hijo de 11 años dice que quiere un trago y el de 9 que quiere probar. Ella está absolutamente en contra.
Siente la presión social. Los anfitriones no tienen nada en contra, siempre que haya adultos presentes. Los demás vecinos piensan de la misma manera y permiten que sus hijos se tomen un vaso. Nadie opina como ella.
¿Qué hacer?
No siempre es fácil hacer valer nuestras convicciones cuando las personas a nuestro alrededor piensan lo contrario. Las diferencias de opinión son, a veces, irreconciliables. Además, algunas personas, con su mejor intención como amigos o buenos vecinos, tienen todo tipo de consejos para ofrecer.
- Hay que ser ser firme. La decisión ya está tomada. Mantenerla y decirles (nuevamente a los chicos) que no se coincide con esta actitud. Recordales que ya se habló sobre este tema, así como el acuerdo que se alcanzó (si existe).
- Decir que no se cambió de opinión. Esta no es la ocasión propicia para un sermón sobre los peligros de las bebidas de alcohol. No es el momento para darles a los adultos presentes lecciones sobre moderación.
- Lo más importante es hablar con los chicos en casa. De esta manera, ellos siempre sabrán exactamente lo que se quiere y lo que se espera de ellos. Esto contribuye a evitar quejas y desilusiones.
- Se pueden explicar las razones a los anfitriones, pero no hay que perder mucho tiempo justificando las actitudes.
- Una vez en casa, se puede hablar del incidente con los chicos para recordales lo que considerás aceptable y lo que no en cuanto al consumo de bebidas con alcohol, así como de las consecuencias de la desobediencia de las reglas.
- Explicá tus razones y preguntales a ellos si entendieron la situación.
- El diálogo hará que los chicos y chicas sientan que te preocupás por ellos. Deciles que comprendés cuán difícil es decir “no” y reiterá que ellos no tienen por qué justificarse o explicarse. La confianza que ustedes se tienen es más importante que cualquier otra cosa.